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¿Existe el renacimiento?, es una duda común pero también hay una forma muy sencilla de demostrarlo como nos enseñan nuestros maestros:

Piensa en la semilla del maíz por ejemplo, estás de acuerdo que viene a su vez de otra semilla ¿Cierto?, y la otra semilla a su vez viene de otra semilla y así sucesivamente. Eso se llama continuo de conciencia de la semilla, que no tiene principio ni final.

Te voy a contar una historia:

Una vez el Buda Shakyamuni (500 A.C.) fue invitado por un rey a dar enseñanzas en su reino. Al llegar el Buda fue cuestionado acerca de la vida, la muerte y el renacimiento. El rey tenía a su cargo a artistas, uno de ellos era un pintor. El Buda pidió un tiempo a solas con el pintor. Le pidió que dibujara una rueda con diversos detalles. El pintor se tardo varios días en hacer la solicitud del Buda, pero cuando termino fue un regalo especial hecho al Rey, y fue la primera vez que mostró como se veía el ciclo de renacimiento.

El resultado fue la rueda del samsara o rueda de la vida.

rueda del samsara o de la vida

Es un símbolo fundamental en cualquier escuela de Budismo, pues una de las referencias visuales que nos ayuda a entender cómo funciona este ciclo sin principio ni final,

Una de las cosas que representa la Rueda del Samsara es que podemos renacer, de acuerdo a nuestras acciones (Karma), en:

Reino del infierno: Aquí se renace por acciones cometidas con odio.

Reino de los espíritus hambrientos: Aquí se renace por acciones cometidas por la avidez, el apego y la codicia.

Reino de los animales: Aquí se renace por acciones cometidas por la ignorancia.

Reino de los humanos: Aquí se renace por acciones asociadas por los celos.

Reino de los Asuras o semidioses: Aquí se renace por acciones asociadas por el orgullo.

Reino de los Dioses: Aquí se renace por acciones asociadas a la ‘distracción placentera’.

Cada reino a su vez es una metáfora de vivir en ese estado de emocional, por ejemplo si tienes odio, “vives en el infierno” o si actúas con codicia estas con los espíritus hambrientos.

En nuestro programa de estudios de la Sangha de Viajeros Espirituales a partir de la clase 8 menciono como es posible usar estas enseñanzas para lograr un equilibrio entre estas emociones negativas llamadas venenos y positivas llamadas antídotos.

¿Para qué?, para que tengamos el mayor control de donde vamos a renacer. O mejor dicho como dice una frase que leí el día de hoy: “Cada mañana nacemos de nuevo” entonces para que comiences tu día en sano equilibrio y consciente de tus acciones.

Dany Zen